En su Divina Comedia, Dante había puesto a los usureros en el mismo nivel que los violentos o viciosos. A través de la historia se ha entendido la usura como la práctica de imponer al préstamo inicial un interés financiero. Su práctica es rastreable 4.000 años atrás. A lo largo de su existencia ha sido reiteradamente condenada, prohibida, despreciada o restringida en los ámbitos moral, ético, religioso o legal. Sin embargo gracias al primigenio judaismo usurero y al actual neoliberal capitalista, la usura se impone como sistema económico.
La transacción usuraria hace que el prestamista obtenga beneficio económico por nada, sin trabajo ni esfuerzo. Economistas contemporáneos han considerado que cada unidad de interés pagado aumenta la pérdida de utilidad marginal, lo que hace que, al operar, reduzca la utilidad en la economía.
Esto, en un ámbito social, significa la subyugación del bien obtenido al pago de los intereses, que están siempre por encima de los costes del "trabajo" (pago del personal prestante y del local, el banco en sí) y del aumento anual de precios, de la inflación.
Los métodos especulatorios de créditos, hipotecas y especulación inmobiliaria están todos conectados entre sí gracias a la usura. Para poder comprar una casa al precio actual, se ha de pedir una hipoteca a "media vida". No solo deberás pagar el dinero prestado, no solo deberás pagar el coste de la transacción, no solo el coste de la inflación, sino un porcentaje elevado por nada. Debes sumar la carga de devolver el dinero al de pagar una carga usurera. El desorbitado precio de la vivienda está relacionado con la Banca, que gracias a sus presiones junto con las inmobiliarias han creado una liberalización parcial del suelo. Esto es, la libertad de someter a los precios según les convenga, beneficiandose de la cultura especulativa y no dando lugar a la vivienda social de precio justo. Las viviendas llegan a costar hasta un 1000% más de su valor en un mercado normalizado. No, no se ha escapado ningún cero, mil porciento más.
El sistema de la vivienda e hipotecario está, como se puede comprobar, totalmente relacionado. La carga económica que supone este sistema neoliberal no hace falta comentarlo, bien sabemos todos que es una de las rémoras, lastres, que padecen nuestras familias.
La usura es un problema no solo económico, sino político, pues se ha convertido en una práctica demagógica del sistema actual. La banca debe ser un servicio fundamental y primario para la ciudadanía, la vivienda debe ser un derecho social inalienable. No nos cansaremos de repetir que la vía no es introducir pequeñas enmiendas, sino el cambio total del sistema: LA REVOLUCIÓN.
Por una banca nacional, Por la revolución.
posted by Nacionalista @ 4:41 da tarde,
1 Comments:
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At 11:14 da tarde,
said...
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Contratos leoninos
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